Las
ninfas son seres mágicos procedentes de las fuerzas de la
naturaleza.
Su
creación es simple; la esencia natural de ninfa crea un cuerpo y lo
“habita”. Este cuerpo es siempre el de una mujer de enorme
atractivo y encanto. Además, conservan el aspecto de mujer joven
durante el paso de los años.
La
ninfa es un ser muy inteligente, de mente rápida e ingeniosa.
Aumentan su encanto hablando en su propio lenguaje musical. Cualquier
animal que esté cerca de una ninfa se acercará para ser acariciado
por ella, sin importarle tener cerca incluso a su peor enemigo.
Las
ninfas sólo habitan en los lugares más hermosos; palacios de hielo,
grutas oceánicas, lagos y arroyos cristalinos, y los más
maravillosos bosques.
Estos
encantadores seres no son agresivos, al contrario, intentarán huir
siempre que noten el peligro cerca. Tienen la capacidad de escapar
creando una puerta dimensional. A pesar su carácter pacífico, son
pocos los que se atreven a enfrentarse a una ninfa ya que el simple
hecho de contemplarla produce, en la mayoría de los casos, una
ceguera irreversible. Si alguien contempla a una ninfa desnuda puede
morir en el acto.
A
pesar de ser unas criaturas muy tranquilas y de vida ordenada, en
ocasiones, suelen verse seducidas por la música del caramillo de los
sátiros
y los acompañan en sus ruidosas y estridentes fiestas del vino.
Las
ninfas odian la fealdad y el mal. Su condición de seres mágicos de
la naturaleza las convierte en defensoras de bosques, lagos, ríos y
océanos. Curan animales heridos, reparan flores y árboles rotos.
Una
ninfa puede vivir durante varias generaciones, por lo que suelen
conocer bien su entorno y donde se encuentran la mayoría de lugares
secretos y entradas ocultas.
Existe
una variedad de ninfas de agua conocida como ondinas
que pueden encontrarse en lagos y aguas dulces.
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