Un
vampiro
es, según el folclore
de varios países, una criatura que se alimenta de la esencia vital
de otros seres vivos (usualmente bajo la forma de sangre)
para así mantenerse activo. En algunas culturas orientales y
americanas
aborígenes, el vampiro es una deidad
demoníaca
o un dios
menor
que forma parte del panteón
siniestro
en sus mitologías.
En
la cultura europea y occidental, así como en la cultura global
contemporánea, el prototipo de vampiro más popular es el de origen
eslavo,
el de un ser
humano
convertido después de morir
en un cadáver
activo
o reviniente depredador
chupasangre.
Es
probable que el mito del vampiro en el folclore
de muchas culturas desde tiempos inmemoriales, provenga inicialmente
de la necesidad
de personificar la "sombra",
uno de los arquetipos
primordiales en el inconsciente
colectivo,
según conceptos de Carl
Gustav Jung,
y que representa los instintos
o impulsos
humanos reprimidos más primitivos. Así sería la encarnación
del
mal
como entidad y una representación
del
lado salvaje
del hombre o su atavismo
bestial,
latente en su sistema
límbico
y en conflicto
permanente con las normas
sociales
y religiosas.
Pero
el mito, como es conocido en nuestros días, además del citado temor
a los bajos instintos es también una combinación compleja de varios
temores
y creencias
humanas que incluyen: la atribución
a la sangre
de ser fuente de poderío
o vehículo
del alma,
el temor
a la depredación
y a la enfermedad o a la muerte y a su expresión
más palpable como es el cadáver,
así como a la fascinación temerosa por la inmortalidad
y el instinto
de supervivencia.
Un
vampiro es un muerto viviente dotado de una enorme fuerza y poder,
que mantiene su inmortalidad bebiendo la sangre de seres vivos.
El
origen de los vampiros
Los
vampiros o, como les gusta autodenominarse, los vástagos, existen
desde los tiempos más antiguos que recuerda el hombre. Sobre su
origen hay dos teorías principales:

La
segunda teoría señala a Caín como el vampiro original, de ahí que
los vampiros también sean conocidos como “cainitas”. Cuando Caín
mató a su hermano Abel fue desterrado a las tierras de Nod y allí
fue condenado a vagar llevando consigo una maldición. Temería al
sol de por vida y sentiría una sed insaciable de sangre. En su
exilio coincidió con Lilith, que le enseñó a canalizar el poder de
la sangre para aumentar su fuerza como vampiro.
Aunque
la historia de los vampiros se remonta milenios atrás, su máximo
apogeo se produjo entre los siglos XV y XVI en Europa, principalmente
en Rumanía y Hungría. De hecho, Transilvania, región central de
Rumanía, es conocida por ser la cuna de los vampiros y donde pasó
gran parte de su vida el más famoso de todos ellos; el conde Vlad
Drakul, más conocido como conde Drácula o, también, como “el
Empalador”, apodo que ganó debido al gran placer que sentía
comiendo ante los cuerpos empalados de sus enemigos. Vlad Drakul fue
uno de los más crueles vampiros de la historia y extendió su mal
por Alemania y, más tarde, al resto de Europa.
Vampiros
y murciélagos
Los
vampiros se han relacionado desde siempre con la figura del
murciélago. Esta asociación también puede tener su origen en las
zonas transilvanas, donde los murciélagos mordían a seres vivos
para succionar su sangre. Se piensa que transmitían la rabia y por
eso los humanos infectados comenzaban también a succionar y a
transmitir la enfermedad al resto de seres vivos.
Otra
leyenda habla de un tipo especial de vampiro-murciélago llamado
azemán, muy frecuente en Sudamérica, que tiene la forma de una
mujer durante el día y por la noche se transforma en un murciélago.
Cada noche sale de caza en busca de nuevas víctimas para arrancarles
un dedo del pie. Cuando la sangre brota, el vampiro bebe hasta quedar
saciado y, al llegar el día, vuelve lleno de vida a su forma de
mujer.
Lo
cierto es que algunos vampiros son capaces de transformarse en
murciélagos de forma natural, como lo hace un licántropo. Esta
forma les permite escapar rápidamente de un enemigo o, incluso,
entrar en las casas de mortales sin su consentimiento, cosa que no
pueden hacer cuando están en su forma de vampiro, al no ser que
reciban una invitación formal.
El
beso del vampiro
La
forma de generar un nuevo vampiro no es muy complicada si se tiene el
suficiente autocontrol. Solamente un vampiro puede crear a otro
mediante “el beso del vampiro”; cuando una víctima se encuentra
ante un vástago es muy fácil que quede hipnotizada y seducida por
éste, entonces el vampiro busca la arteria carótida de su víctima
(los vampiros prefieren la sangre limpia), a la que accede fácilmente
desde el lateral del cuello, y clava sus colmillos con una gran
precisión. De este modo puede beber de la víctima todas las veces
que necesite sin que se desangre excesivamente. Este proceso puede
durar varios días o algunos minutos, dependiendo del beso, pero
suele concluir de la misma forma; la víctima muere de debilidad. Una
vez que ya no queda sangre del mortal, justo en su último hálito de
vida, el vampiro creador llena con su propia sangre el cuerpo de la
víctima. Una sola gota de sangre vampírica sobre la boca del
fallecido es suficiente para que despierte la Sed y comience a beber.
Pasados
unos días o, puede que incluso unas pocas horas, el muerto despierta
en su tumba como un nuevo vástago.
No
todos los “besos de vampiro” acaban con un nuevo vástago. Si el
mortal no es desangrado y no muere, pero ha bebido la sangre de un
vampiro, sigue viviendo normalmente aunque adquiere una nueva fuerza
y vitalidad. Le afecta menos el paso del tiempo y su aspecto es de lo
más saludable, pero se crea una dependencia con el vampiro de manera
que podríamos decir que pasa a ser su “esclavo”, creando también
un vínculo sexual, y haciendo todo lo que el vampiro le pida por un
poco más de su sangre.
Nueva
“vida” para el vampiro
El
nuevo vampiro conserva el mismo aspecto que tenía cuando estaba
vivo, aunque los más observadores notarán una mirada distinta, más
primaria, cruel y salvaje. La mirada de un depredador cuyos sentidos
son ahora más agudos. Su cuerpo no proyecta sombra alguna y
desaparece su reflejo en el espejo. También empiezan a destacar sus
alargados incisivos, normalmente contraídos hasta el momento de la
caza, las orejas ligeramente más puntiagudas, el mal aliento y, en
algunos casos, el vello abundante en las palmas de las manos.
Al
cuerpo del neonato llega, también, la muerte de los órganos. El
corazón no late, los pulmones no respiran y el estómago tampoco
hace la digestión. De ahí que el único alimento que necesita un
vampiro sea la sangre de un ser vivo, y la necesita, precisamente,
para impedir que continúe el proceso de putrefacción de su cuerpo
mortal. Esta sangre no pasa ya por venas ni arterias, si no que se
distribuye homogéneamente por el interior del cuerpo mediante
ósmosis. La sangre pasa a ser el único fluido presente en el cuerpo
del vampiro, y por esto lloran oscuras lágrimas de sangre. Es algo
paradójico que se diga de los vampiros que son inmortales, porque
realmente lo son mientras encuentren sangre que permita que no se
descomponga su cuerpo. Un vampiro también tiene sus propias luchas
internas. Siente una obsesión, por no decir adicción, a la sangre.
El Hambre del vampiro nunca descansa y lo lleva a estar siempre al
límite, en eterno conflicto sobre alimentarse o dejarse llevar
totalmente para saciar la Sed. Es duro convivir con la Bestia dentro
que, constantemente, lucha para ser liberada y cometer los crímenes
más atroces. Sólo los vampiros con gran autocontrol muestran esa
poca humanidad que, a veces, parecen tener.
DRÁCULA
Cuentan
los investigadores que drácula si existió, era hijo del
príncipe de Valaquia el cual nació en transilvana y reino como
príncipe de 1456 a 1462 y murió en 1476 en Rumania, drácula se le
conoce como hijo del dragón o el empalador porque torturaba a sus
enemigos atravesándolos con un palo, es considerado un personaje muy
importantede la historia es admirado y algunos defienden su forma de
pensar porque es considerado un defensor de la patria ya que
castigaba a traidores y ladrones a demás de todos aquellos que el
consideraba que no cumplía con las funciones dentro de la sociedad
de ese entonces, años más tarde Bram Stoker tomo a ese personaje
para ser la versión que hoy conocemos como drácula la fusión que
hizo el escritor de terror y dramatismo coloca a drácula en una obra
magistral llevada varias veces a Hollywood, hoy en día el vampirismo
tiene una gran aceptación en el mundo incluso existen grupos que
veneran y que sueñan ser vampiros, los creyentes de ellos afirman
que estos místicos seres se funden con los habitantes de las grandes
urbes sin siquiera despertar la menor sospecha, en el mundo del
ocultismo los vampiros son seres fascinantes por su extremada
elegancia e inteligencia, son una mezcla de hechicería, leyenda,
superstición y verdad, son sensibles y de hábitos nocturnos
detestan el sol adoran a la sangre y son excesivamente sociables, los
vampiros son tal vez los mas abundantes de los seres del mas allá se
dan el lujo de agruparse en varios clanes que se diferencian por su
ideología y hasta por sus características físicas, varían también
por su educación y cultura poseen títulos de nobleza según la
familia de donde provengan, aunque también existen vampiros de menor
rango que son las personas comunes que no mueren al ser mordidos y
quedan como zombis y son ocupados como ayudantes de los vampiros, por
su inteligencia tan desarrollada han logrado someter a brujas,
bestias y a otros seres, tienen la característica de cambiar de
manera instantánea en un ser del tamaño que deseen y pueden hacerse
invisibles lo que hace muy difícil su captura.
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