Juliette no ha tocado a nadie desde hace exactamente 264 días. La última
vez que lo hizo, mató a alguien ocurrió un accidente. Ahora está
encerrada por asesinato y en constante estudio por el gobierno en el
poder: el Restablecimiento. El mismo que prometió a sus ciudadanos
solucionar el desastre que Juliette observa a través de su ventana: no
hay pájaros en el cielo, los árboles ya no existen, la gente muere por
enfermedad y los supervivientes susurran «guerra». Pero un día, llega un
compañero de celda, Adam, y Warner, el hijo del líder del gobierno se
obsesiona con ella. La situación de Juliette cambiará hasta límites
insospechados, obligándola a tomar una decisión: ser un arma o
convertirse en una guerrera.
Juliette ha escapado del Restablecimiento y se ha refugiado en el Punto
Omega, la base de la resistencia rebelde. El Punto Omega también es
donde se resguarda gente como ella: personas con algún tipo de poder.
Juliette mata a quien toca. Después de huir del Restablecimiento y de
sus planes para utilizarla como arma, Juliette creyó que sería libre
para amar a Adam. Pero pronto comprende que no puede escapar de su don
letal porque es incapaz de controlarlo para ayudar a sus nuevos aliados
en la lucha contra el Restablecimiento. Mientras la felicidad de
Juliette se desmorona, Warner, el hijo del líder del Restablecimiento,
no se detendrá ante nada para intentar recuperarla: la desea más de lo
que Juliette podía imaginar. Juliette se verá forzada a escoger entre
lo que más desea y lo que cree que es correcto. Finalmente, la joven
desencadenará todo el potencial que lleva dentro y luchará por lo que
más quiere.
Juliette consigue sobrevivir tras el disparo de Anderson, el líder del
Restablecimiento. Warner se ha quedado con ella mientras se recuperaba y
es el encargado de explicarle el trágico final del Punto Omega y sus
amigos, pero ella no cree ni una palabra. ¿Cómo podría hacerlo teniendo
en cuenta quién es y cómo se ha comportado hasta ahora? Sin confiar ni
un ápice en Warner, le exige volver al Punto Omega y ver con sus propios
ojos qué es lo que ha ocurrido. Finalmente, cuando Juliette llega
comprueba que todo está destrozado. Con el Punto Omega destruido no sabe
si los rebeldes, incluido Adam, están vivos. Ahora tiene incluso más
motivos para destruir El Restablecimiento de una vez por todas. Deberá
confiar en Warner, una persona a la que jamás pensó que confiaría su
vida. Pero el chico ha prometido ayudarla a controlar sus poderes y a
Juliette le será más fácil de lo que cree confiar en él. Cuanto más
tiempo trabajan juntos, Warner se da cuenta de que todo lo que creía
saber sobre él o sobre sus habilidades, incluso lo que pensaba sobre
Adam, era erróneo. Las apariencias engañan y todos tenemos un pasado que
nos acompaña, un pasado que nos hace ser quienes somos. Juliette no
quiere que Warner esté con ella solo para ayudarla a controlar sus
poderes. Parece que, después de todo, el hijo del líder del gobierno no
es el enemigo.
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