
Las
valquirias son diosas de la mitología nórdica, hijas de Odín y
poderosos espectros guerreros.
Tienen
el aspecto de una joven y bella guerrera nórdica; alta, con marcada
musculatura, ojos grandes y azules, cabello rubio, largo y trenzado.
Les gusta ir ataviadas con cascos de guerra con cuernos.
Suelen
cabalgar a lomos de caballos voladores y son unas amazonas fabulosas.
Son hábiles con la lanza, con el arco y con la espada. Su fuerza es
sobrehumana, divina, al igual que su resistencia y agilidad.
Habitan
entre el plano de los vivos y el de los dioses, conocido como Asgard.
En este plano existe un lugar llamado Valhalla, el salón de los
muertos en combate, donde son recibidos los héroes que perecen
durante una batalla.
Las
valquirias presienten la muerte de los guerreros valerosos, de modo
que cuando se libra una batalla se presentan en el plano de los
vivos. Desde el cielo contemplan la lucha y cuando ésta llega a su
fin las valquirias eligen a los muertos que serán conducidos hasta
el Valhalla. Pero no sólo acompañan a los muertos en su viaje a
Asgard, sino que también los cuidan durante su estancia en el
Valhalla, tal y como lo dispone Odín.
Las
valquirias están capitaneadas por Brunilda, la más fuerte y
poderosa de las valquirias. Cuando descienden de los cielos y
encuentran una batalla Brunilda las dirige y las lidera.
Brunilda
tiene la capacidad de convertir a las valquirias en musas de la
guerra, inspirando a los guerreros para luchar, aumentando su sed de
sangre, y haciéndolos entrar en frenesí, de manera que no sienten
dolor ni sangran por sus heridas. Una vez termina el combate el
frenesí desaparece y el guerrero muere.
Se
dice que algunas valquirias pasan grandes temporadas en el plano
terrestre, dejando su habitual forma de guerrera espectral para vivir
bajo la forma de un enorme y bello cisne.

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